Por Daniel Otzoy
En días recientes, hemos conversado e intercambiado mucho sobre la transformación digital del sector salud a partir del lanzamiento de los 8 Principios Rectores de la Transformación Digital del Sector Salud por la Organización Panamericana de la Salud. Pero muchos y muchas aún se preguntan ¿Qué es la transformación digital? Y no hay una respuesta única cabe decirlo más aún si lo enfocamos en el sector salud de América Latina en dónde hay algunas diferencias entre los modelos de atención y la rectoría del mismo. En lo particular hay un par de conceptos que me parecen bastante simples para tomar como punto de partida para el análisis, el primero que la transformación digital es el uso de tecnología para mejorar radicalmente el desempeño o el alcance de las empresas, y el segundo, bastante similar, que la transformación digital se trata de la implementación y el uso de tecnologías de vanguardia. Sin embargo, sabemos en la actualidad, gracias a las diversas publicaciones y metaanálisis realizados a la fecha, que transformar digitalmente tiene que ver más con lo primero (Transformar) que con lo segundo (Digitalmente), y no basta con adoptar tecnologías digitales en los lugares de trabajo sin un cambio en el paradigma funcional de una organización y la sociedad en general.
Existen en la actualidad también, distintas aproximaciones teóricas y conceptuales sobre los elementos, dominios, madurez y otros factores que determinan el éxito en un proceso de transformación digital y cómo gestionar este cambio en el capital humano, elemento crítico y definitorio en mi opinión, para crear la cultura digital organizacional necesaria. Desde mi perspectiva todo este cúmulo de conocimiento, requiere un procesamiento, interpretación y contextualización, más aún si hablamos del sector público latinoamericano y del sector salud en particular, para que tomadores de decisiones, actores claves y partes interesadas comprendan de forma simple el ABC y cuáles son los aspectos o dimensiones claves para afrontar la transformación y solo la digitalización, de forma inclusiva y equitativa para garantizar que nadie se quede atrás.
Dimensiones de la Transformación Digital en Salud
Como mencioné en mi publicación anterior, considero que el principal reto está en cómo se aborda desde una visión holística la transformación digital del sector salud tomando las 4 dimensiones claves para la transformación digital:
- Gobernanza, con marcos legales y normativos que propicien la transformación digital y el financiamiento y sostenibilidad de las estrategias digitales que se adopten acorde al contexto (o los contextos en muchos casos) de los países, incluyendo los aspectos sociales y culturales.
- Datos y procesos, con insumos fundamentales para el cambio de los paradigmas de trabajo e interacción con los pacientes, las comunidades y la sociedad en general. El ciudadano en el centro del sistema. Cabe introducir la necesidad de que los datos, estructurados y no estructurados, sean de calidad para que los sistemas de información generen información que se convierta en conocimiento útil para la toma de decisiones en todos los niveles.
- Capital humano, como eje fundamental para tener una transformación digital exitosa en cada uno de los entes que conforman la arquitectura organizacional y el tejido social en general. Crear competencias digitales por medio de una alfabetización digital inclusiva y equitativa, es un factor crítico de éxito, así como la forma de gestionar el cambio hacia una cultura digital responsable tanto a lo interno como a lo externo de las instituciones.
- Tecnologías digitales, escalables y sostenibles, diseñadas con y para el usuario final, tomando aspectos socio-culturales relevantes, inclusivos y equitativos. La adopción de estándares para la interoperabilidad tecnológica, semántica y organizacional son aspectos relevantes, y el pragmatismo para no “reinventar la rueda” y aprovechar los bienes públicos digitales en salud existentes.
¿Cuál de las Dimensiones es la más Importante?
Reflexionando sobre la importancia de cada una de las dimensiones mencionadas, quise saber la opinión de mi red profesional de contactos en LinkedIn, en su gran mayoría participantes activos en el mundo de la transformación digital, por medio de la funcionalidad de encuestas de dicha plataforma, con selección única de respuesta. La pregunta disparadora fue “¿Cuales son los elementos más importantes en la transformación digital del Sector Salud de América Latina?” y durante 7 días, 173 profesionales emitieron su voto, algunos de ellos razonando su voto, y obteniendo la publicación un alcance de 6122 visualizaciones al momento de publicación de este texto.
El resultado al cierre fue muy interesante, ya que aunque la gobernanza (32%) fue la dimensión más votada, algo quizás predecible, los datos y procesos (29%) y el capital humano (26%) tuvieron también una amplia votación, quedando de último las tecnologías digitales (13%). Esto pareciera reafirmar que las tecnologías digitales deberían seleccionarse una vez que la gobernanza ha sido claramente establecida, que se tiene la claridad en cuanto a los datos que se requieren obtener y se ha realizado la reingeniería necesaria de los procesos organizacionales, y se cuentan con las competencias necesarias en el capital humano, cerrando la brecha por medio de la alfabetización digital.
Sin embargo, aunque la ecuación está en teoría clara, cuando observamos que durante la pandemia de COVID-19, las inversiones se han priorizado precisamente en lo “menos importante” como son las tecnologías digitales, pareciera ser lógico el fracaso de muchas de las iniciativas implementadas en los últimos meses, especialmente con tópicos como el seguimiento de contactos, la publicación de datos epidemiológicos confiables y, en tiempos más recientes, sobre la gestión integral de las vacunas. Es elocuente la necesidad de pensar en la transformación digital como un proceso que no se puede afrontar de la noche a la mañana de forma improvisada. La prueba es que los países que mejores resultados están obteniendo son aquellos que antes de la pandemia habían puesto en marcha un proceso estratégico y ordenado de transformación digital del sector salud y social en general, con un gobernanza clara y propicia, con procesos implementados para garantizar que el ciclo de recolección, integración, análisis y uso de los datos para la producción de información y generación de conocimiento útil para la acción, y con una gestión del cambio en los recursos humanos en salud en marcha y funcional por medio de la alfabetización digital adecuada al contexto y necesidades de la arquitectura organizacional y social.
Lo cierto es que, aunque la transformación digital surge como una necesidad de las grandes compañías en adoptar procesos y prácticas de negocio para ayudar a la organización a competir de manera efectiva en un mundo cada vez más digital, la pandemia de COVID-19 ha mostrado de forma contundente que en el sector salud de América Latina, en dónde las grandes corporaciones “públicas” son las encargadas de proveer los servicios de salud a la mayoría de la población en la mayoría de países, adicional a su rol rector, no se puede ignorar la imperiosa necesidad de transformarse digitalmente de forma urgente y ordenada, no durante una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo, pero si construir de forma paralela las condiciones necesarias para que las tecnologías digitales tengan un impacto positivo en la mejora de la calidad de los servicios de salud y en la accesibilidad de los mismos de forma inclusiva, reduciendo las inequidades y, sobre todo, poniendo al ciudadano en el centro del sistema.
Daniel Otzoy es consultor internacional especialista en transformación digital y coordinador de la Red Centroamericana de Informática en Salud.
Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva del autor o los autores y no representan necesariamente la posición de la Junta Directiva y del Equipo Coordinador de la Red Centroamericana de Informática en Salud.