Día Mundial de la Lucha contra la Depresión: Una oportunidad para la transformación digital en Salud Mental.

Por: Claudia Carina Oviedo

La depresión es una problemática de salud mental común que puede convertirse en un problema de salud grave; según información que nos brinda la Organización Mundial de la Salud. En todo el mundo, el  5% de la población adulta padece depresión, constituyendo, de este modo, la principal causa de discapacidad y contribuyendo significativamente a la carga general de morbilidad a nivel mundial.

Asimismo, la depresión afecta más a la mujer que al hombre, y actualmente, es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años, y entre otras consecuencias, si no es tratado a tiempo, puede derivar en suicidio.

Dada la magnitud de esta patología, el 13 de enero de cada año, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión con el objetivo de sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre la misma.

Algunos datos sobre la depresión:

  • Es una enfermedad frecuente en todo el mundo y se estima que afecta a un 3,8% de la población, incluidos un 5% de los adultos y un 5,7% de los adultos de más de 60 años.
  • Aproximadamente 280 millones de personas en el mundo padecen depresión.
  • La depresión es diferente de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.
  • Puede convertirse en un problema de salud de gran gravedad, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave.
  • Causa gran sufrimiento a la persona afectada y altera sus actividades laborales, escolares y familiares.
  • Puede llevar al suicidio.
  • Más del 75% de las personas afectadas en los países de ingresos bajos y medianos no recibe tratamiento alguno.
  • Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de proveedores de atención de salud capacitados, además de la estigmatización asociada a los trastornos mentales.

Transformando digitalmente las opciones

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre diferentes factores sociales, psicológicos y biológicos.

Así, una persona al atravesar circunstancias vitales desfavorables como, por ejemplo, pérdidas y/o eventos traumáticos, desarrolla esta patología con elevado nivel de estrés y de disfuncionalidad.

No obstante, existe evidencia respecto de que los programas de prevención reducen el riesgo de desarrollar depresión, y es en esta área en donde la transformación digital tiene grandes contribuciones que aportar.

El uso de tecnologías de la información y de herramientas digitales ofrece ventajas, por ejemplo, en la implementación de estrategias comunitarias y programas que promuevan, informen y eduquen en un modelo de afrontamiento y resolución de conflictos positivo.

Asimismo, las prestaciones de salud en el tercer nivel de atención también se brindan a distancia, y ello impulsa la equidad e inclusión en el acceso de la sociedad a los sistemas de salud, objetivo planteado en el contexto de la Estrategia Mundial de Salud Digital 2020-2025.

Una manera diferente de pensar

Desde hace un tiempo ya, la salud atraviesa una importante etapa de transformación.

La Salud Digital gana espacio como medio para el progreso y expansión de la oferta de servicios de salud, incorporando al usuario en el centro del proceso asistencial, empoderando y generando en éste una posición más activa.

El término Salud Digital se manifiesta entonces, como una opción más integral incluyendo los avances recientes en tecnología, por un lado, y las nuevas representaciones subjetivas de profesionales digitales y pacientes digitales, por otro lado, promoviendo un nuevo sistema de salud que prevea la cobertura universal, basada en los principios de equidad e integralidad.

Estas nuevas subjetividades se nos muestran como actores más activos, más dinámicos y, por supuesto,  más empoderados; se manifiestan como protagonistas claves del proceso de transformación digital en el ámbito de la salud, y en agentes promotores del cambio y de la innovación.

Este es el escenario más adecuado para la equidad y la accesibilidad universal en salud. Con estos lineamientos el alcance de las acciones de promoción, prevención y asistencia en el tercer nivel serían mucho mayores, con intervenciones más oportunas para quienes padecen trastornos como la depresión, para sus familias, para las políticas públicas y para la sociedad en su conjunto.

Patologías como la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial US$1 billón al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Entre 1990 y 2013, el número de personas que padecen depresión y/o ansiedad ha aumentado aproximadamente de 416 millones a 615 millones, es decir que un 10% de la población mundial está afectada, y que las problemáticas de salud mental representan un 30% del total mundial de enfermedad no mortal.

De este modo, la expansión de los servicios de salud mental y la adopción de la transformación digital en salud mental, contribuirán inevitablemente a lograr una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar”.

Una nueva forma de hacer está cambiando nuestras vidas. Una nueva forma de dar respuestas a nuestras necesidades está siendo presente, y constituye un recurso para jerarquizar y visibilizar la necesidad de promover y cuidar nuestra Salud Mental.

Claudia Carina Oviedo es Licenciada en Psicología, Directora Ejecutiva en Salud Mental Digital y es Co-coordinadora de la Comisión de Salud Mental Digital de RECAINSA.

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor y no reflejan necesariamente la opinión de la Junta Directiva y del Equipo Coordinador de RECAINSA ONG.

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