Los sistemas de salud están cambiando rápidamente, impulsados por la introducción de las tecnologías digitales, la IA y el uso de grandes conjuntos de datos. La transformación digital tiene el potencial de ampliar el acceso y acelerar el avance hacia la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y alcanzar la cobertura universal de salud para el 2030.
En los últimos 20 años se ha prestado una atención renovada a la gobernanza sanitaria, lo que ha llevado a una apreciación más profunda del impacto de la buena gobernanza, en su sentido más amplio (que incluye la legislación, la regulación y la financiación, así como el liderazgo político, la supervisión y la rendición de cuentas) en la prestación de asistencia de salud en todos los niveles del sistema sanitario. Una estructura de gobernanza inclusiva y procesos transparentes, que garanticen la participación de las diversas partes interesadas y mecanismos sólidos de rendición de cuentas que responda a las preocupaciones, expectativas y perspectivas de un amplio espectro de partes interesadas. Este abarca la sociedad civil, los grupos de pacientes, los profesionales de la salud, el mundo académico, los jóvenes, las mujeres y otras comunidades tradicionalmente vulnerables, así como el sector privado, bajo el papel de convocatoria y liderazgo de los gobiernos.
Existe poca información sobre las necesidades de recursos o cómo deben invertirse y en qué secuencia para lograr la transformación digital de los sistemas de salud. En este marco conceptual liderado por la colación Transform Health y RECAINSA en la región de Latinoamérica y el Caribe, desarrollado con el objetivo de orientar las inversiones y la acción hacia la salud para todos en la era digital, hemos identificado y calculado el coste de nueve ámbitos prioritarios de inversión en salud en la que contribuyeron más de 350 partes interesadas de todo el mundo. También hemos identificado otras áreas que requieren una mayor inversión para que el entorno propicio facilite la transformación digital de forma equitativa, inclusiva y sostenible.
Mediante la modelización del coste estimado de estas nueve prioridades de inversión en los países de ingresos bajos y medios-bajos, hemos llegado a una cifra indicativa de las necesidades de recursos para una transformación digital de los sistemas de salud en esos países, incluyendo proyecciones de costes a cinco años para cada área. Sobre la base de esta modelización, se necesita una inversión de 12.5 billones de dólares para las nueve áreas de inversión prioritarias en 78 países de ingresos bajos y medios-bajos en los próximos cinco años, es decir, 2.5 billones de dólares aproximadamente al año promedio.
El coste total previsto representa aproximadamente el 1% del gasto sanitario anual del grupo de países de ingresos bajos y medios-bajos. No es razonable suponer que, en promedio, entre el 60% y el 70% de este importe puede cubrirse con recursos nacionales, y el resto con ayuda externa. Aunque los países deberán garantizar la financiación de su sistema sanitario, en muchos contextos de recursos limitados, los organismos donantes, las organizaciones filantrópicas y el sector público y el sector privado es crítica. La relativamente modesta financiación necesaria debería animar a más donantes a reevaluar el potencial de las inversiones en las oportunidades que se presentan. Para garantizar que la transformación digital de los sistemas de salud se financie y apoye de la manera más eficaz, es necesario coordinar las inversiones internacionales.Este Marco Conceptual describe la cantidad, el enfoque y la naturaleza de las inversiones necesarias para apoyar la transformación digital, equitativa, inclusiva y sostenible de los sistemas de salud en los países de ingresos bajos y medianos bajos, y ofrece recomendaciones sobre cómo debe producirse esa transformación. Y ofrece recomendaciones sobre cómo debe producirse esa transformación.
Recomendación 1 – Más inversión de fuentes nacionales e internacionales. Una mayor inversión de fuentes nacionales e internacionales para apoyar la transformación digital de los sistemas de salud que sean equitativos, inclusivos, sostenibles y protectores de los intereses de las personas. La necesidad de financiación promedio prevista de 2.500 millones de dólares al año para los próximos cinco años debe considerarse una base de referencia y no un techo. Las verdaderas necesidades de inversión se determinarán en última instancia país por país y sobre la base de planes presupuestados.
Recomendación 2 – Inversiones mejor coordinadas y alineadas. Los donantes internacionales y el sector privado deben garantizar que sus inversiones estén coordinadas y alineadas con las prioridades nacionales para reducir la fragmentación, la duplicación y el despilfarro. Del mismo modo, a nivel nacional, todas las partes interesadas deben mejorar la coordinación, utilizando como modelo los Principios para la Alineación de Donantes para la Salud Digital. Para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, la OMS, las instituciones multilaterales de desarrollo y los donantes deben trabajar juntos para desarrollar herramientas de seguimiento de la financiación de la salud digital como parte de inversiones sanitarias más amplias.
Recomendación 3 – Una estrategia de salud digital presupuestada y una hoja de ruta. Los países deben desarrollar (o actualizar las existentes) estrategias de salud digital presupuestadas y hojas de ruta de inversión secuenciadas que establezcan las diferentes fuentes de financiación, así como las carencias. Las estrategias deben reflejar el nivel de madurez de la sanidad digital del país y promover soluciones interoperables para la conectividad, la inversión de capital, la gobernanza de datos, la legislación y la regulación, la alfabetización y la mano de obra. Otros socios deben alinear sus inversiones con estas estrategias.
Recomendación 4 – Un marco regulador y un entorno normativo sólido. Los gobiernos nacionales deben establecer un marco normativo y un entorno político sólidos que guíen la transformación digital de su sistema de salud para que sea inclusivo, equitativo y sostenible. Para ello es necesario sentar las bases jurídicas en materia de uso de datos de salud, privacidad, alfabetización digital y políticas sobre el tipo de sistema de salud digitalizado que necesita un país para garantizar la cobertura universal de salud.
Recomendación 5 – Mecanismos para una participación significativa de las múltiples partes interesadas. Para que las transformaciones digitales sean eficaces a la hora de mejorar los resultados en materia de salud y acelerar el avance hacia la cobertura universal de salud, es necesario que la sociedad civil, incluidos los jóvenes, las mujeres y las comunidades vulnerables, participe en todos los niveles de planificación, estrategia, ejecución y seguimiento de la transformación.
Recomendación 6 – Mejorar la conectividad digital. Cerrar la brecha en el acceso digital, que es un requisito previo para el acceso equitativo a los servicios de salud basados en la tecnología. Para ello hay que hacer frente a las deficiencias de cobertura, la asequibilidad y la alfabetización digital. Requiere voluntad política a todos los niveles y la participación de la sociedad civil para movilizar a los responsables políticos y sensibilizar a la opinión pública. Si no se tiene en cuenta, la brecha en la conectividad aumentará la desigualdad en el acceso a la atención sanitaria y marginará aún más a las poblaciones ya desfavorecidas.
Te invitamos a leer el reporte completo en este enlace, disponible en inglés y el que próximamente se estará publicando en español y francés.