Por: Molly Chen
El 14 de abril, el proyecto de USAID: Sistemas y Uso de Datos de Información de Salud Nacional (CHISU Program) ofreció el segundo webinar de la serie de liderazgo técnico bajo el título “Equidad de Género y Repercusiones en la Salud: Experiencias y Oportunidades para la Integración de Género en el Sistema Informático de Salud”. Contó con Derek Kunaka, Director de HIS, Proyecto CHISU, JSI, como moderador y los panelistas mencionados a continuación: Rajeev Colaço, Director de Monitoreo, Evaluación, Investigación, Aprendizaje y Adaptación (MERLA) en RTI Grupo de Desarrollo Internacional, Roopa Dhatt, Directora Ejecutiva de Mujeres en la Salud Global, Mzikazi Nduna, Profesora Asociada del Departamento de Psicología en la Escuela de Desarrollo Humano y de Comunidad, Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica, y Preeti Negandhi, Profesora en el Instituto de Salud Pública de India. En conjunto, los panelistas examinaron la inequidad de género en el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de información en Salud (SIS), discutiendo cómo la recolección de datos, análisis y su aplicación, juegan un papel importante en la integración de género en el SIS.
La consideración de género y sensibilidades, son sin duda, una óptica importante para enfocar nuestro trabajo desde todas sus etapas incluyendo el diseño, implementación, evaluación y aprendizaje. Sin embargo, en la práctica, ¿Qué tan frecuentemente marcamos la casilla, literalmente, de hombre o mujer al reportar información de sexo con datos clasificados; permitiendo que ese sea el punto de referencia? O bien, ¿Con qué frecuencia invitamos a todos los actores relevantes a participar en la mesa de discusión sin considerar cuidadosamente a quienes, sobre la marcha, han quedado fuera de la convocatoria?
En los sistemas de información en salud, si la integración de género se asocia solamente en recolectar y reportar pacientes masculinos versus femeninos, ¿Quiénes o cuáles son los otros protagonistas y factores que estamos obviando? La respuesta puede ser aún más profunda de lo que esperamos con consecuencias drásticas. Mientras la mayoría de datos sobre VIH suelen desagregarse por sexo, algunos otros datos de salud no se desagregan consistentemente, siendo este el fundamento de la integración por género en los SIS. Como mínimo, al examinar los datos de salud y sus resultados clasificados por sexo, resaltará las brechas y disparidades que los programas de salud deben de abordar e investigar.
El siguiente paso para la transición de recolección de datos clasificados por sexo a datos clasificados por género (información basada en identidad de género) tendrá implicaciones para la prestación de servicios de salud, políticas e investigación. Estas pueden incluir y resaltar disparidades actuales en grupos identificados como transgénero, no conforme, no binario y otras identidades marginadas. Debemos de tener presente que las decisiones tomadas en los HIS pueden representar problemas más grandes y amplios que las formas de recolección de datos e información de salud. Roopa afirma que: “Los sistemas de información en salud son un producto de su contexto político de género y sabemos que se están cuantificando y recolectando datos; pero hace falta mucho más ”
Aún cuando un país o fuente de información realice la transición de clasificación por sexo a clasificación por género, esto no significa que la equidad de género ha sido alcanzada. Mzikazi afirma: “Damos por hecho que un sistema de información en salud se transforma en inclusivo fácilmente con colocar variable género en nuestros formularios de recolección y presentar la información clasificada por género.” Pero ¿Podemos declarar inclusividad, si no extendemos nuestra comprensión y programación para considerar a quienes más estamos excluyendo y, quién está tomando las decisiones?
Considerar nuestras formas de recolección de datos es otro factor importante en la equidad de género. Debemos escoger y entrenar a nuestro equipo de recolectores con sensibilidad de género. Es importante comprender cómo los aspectos personales y culturales pueden aportar o afectar la recolección de datos de salud y género. Rajeev asegura que: “El incluir género en un cuestionario no nos va a brindar el enriquecimiento. Los recolectores de información deben ser sensibilizados y los encuestados deben estar preparados para recibir y responder preguntas sobre la identidad de género.”
Tan importante como recolectar la información correcta, es asegurarnos de utilizar la información correcta en nuestro trabajo, considerando otros factores de equidad interseccional como edad, raza, estatus económico y otros. Preeti insiste en que la necesidad de crear una cultura de uso de datos e información es imperativa, aún cuando se llegue al punto en el que los administradores de los sistemas en salud hayan sido entrenados, se debe de pensar más allá del análisis básico; pensar fuera de la caja y estratificar de manera cruzada con otros factores.
Finalmente, es crítico considerar quién está tomando las decisiones sobre los HIS. El liderazgo y la gobernanza juegan un papel significativo para preparar un sistema responsivo a la óptica de género. Asegurándonos de que las consideraciones de género sean discutidas regularmente en reuniones, luchando por la paridad al momento de la toma de decisiones, e incluyendo ministerios, departamentos y organizaciones de base comunitaria enfocadas en la equidad de género; se institucionalizará el género como un componente principal en el fortalecimiento de los SIS, guiándonos a una mejora en salud para todos.
Puedes ver el webinar en este enlace.
Molly Chen is the Knowledge Management Lead for the Country Health Information Systems and Data Use (CHISU) Project.
Artículo original en inglés, traducido al español por RECAINSA con autorización del proyecto CHISU.
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